La presentación de las primeras 15 motos Vespa tuvo lugar en abril de
1946 en el Club de Golf de Roma. Los padres de la nueva moto eran el
empresario
Enrico Piaggio y el
ingeniero aeronáutico Corradino D'Ascanio. Al terminar la
Segunda Guerra Mundial,
Piaggio tuvo la visión de un medio de transporte cómodo, de fácil
manejo y barato. Piaggio encarga un primer proyecto al ingeniero Renzo
Spolti, en el que el nuevo vehículo recibe el nombre de Paperino, que
significa patito en italiano, con un diseño inspirado en las
motocicletas plegables utilizadas por los paracaidistas ingleses. El
proyecto del primer prototipo no convenció a Piaggio y recurrió al
ingeniero aeronáutico
Corradino D'Ascanio.
El ingeniero, al que le gustaban más los aviones que las motos, diseñó
un vehículo de aspecto revolucionario para su época: puso el motor sobre
la rueda posterior e ideó el brazo delantero pensando en el tren de
aterrizaje de un avión. Cuenta la leyenda que, cuando Piaggio la vio,
exclamó: «
Bello, mi sembra una vespa» (Bonita, me recuerda una avispa, en
italiano),
aludiendo a la forma del vehículo: parte trasera más gruesa conectada a
la parte frontal por una cintura delgada, y el manillar como las
antenas.
La Vespa en España
Desde su aparición a mediados de los cincuenta, miles de unidades llenaron las calles de las ciudades. Un
sidecar adaptado a la moto la convirtió en un vehículo que servía para el transporte de toda la familia.
Según manifiesta
Francisco Franco Salgado-Araujo, el
marqués de Huétor de Santillán presidía una sociedad dedicada a la importación de la
motocicleta Vespa fabricada en
Italia. Ingenuamente comenta a su primo el
general Franco: "No me explico que pudiendo exportar motos de fabricación nacional, importemos vespas italianas gastando en eso divisas".
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